Taller 11:11

31 de ene de 20161 min.

Plegaria a la Madre Tierra

Amado Dios
 

 
Aunque siempre te llamé Padre
 

 
Sé que –ante todo-
 

 
Eres mi Madre
 

 

 
Eterna Dadora de Vida
 

 
Para quien en ti se sostiene
 

 
Cada instante es un presente
 

 
Que rebosa de infinitas bendiciones

Vasta Hacedora de Universos
 

 
Tú formaste mis entrañas
 

 
Y en cada fibra de mi Ser
 

 
Descubro Tu más amorosa herencia,
 

 
Tu más sagrado legado

Diosa y Madre
 

 
En Tu Luz, no hay oscuridad que me cubra,
 

 
Ni sombras que me enceguezcan

Madre y Diosa,
 

 
En Tu Presencia, anhelo ser la gota que se diluye en el Océano
 

 
La roca que la caricia del mar
 

 
En incontable arena desmenuza
 

 
La huella que de la arena se esfuma
 

 
Bajo el sudario de espuma de la mar

Tu Amor incondicional
 

 
Transforma en dulce miel la hiel de mis pesares
 

 
Convierte en fértil huerta la tierra más baldía
 

 
Mis temores sosiega, mis congojas consuela
 

 
De mi mente evapora todo rocío de agonía

Bajo tu protección
 

 
A ningún problema o tribulación temo
 

 
Tú eres la alta cumbre –nívea y protectora-
 

 
Que de toda angustia me guarda, de toda inquietud me escuda

Madre inmortal –a quien también llamo Padre-
 

 
Dios único que a todos nos integra
 

 
Incapaz de forjar infiernos que quebranten a sus Hijos
 

 
Bendíceme con Tu bálsamo de Paz
 

 
Arrúllame en la perpetua quietud de tu vientre universal
 

 
Y concíbeme en la impecable Luz de Tu Vida eterna, Amén.

Carmelo Urso

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