Frecuentemente nos sentimos abrumados por una carga de sentimientos internos confusos. Muchas veces por temas propios o por circunstancias externas que indiscutiblemente nos impactan. En este estado de desestabilidad, nos convertimos en almas que son manejadas y arrastradas por fuertes corrientes emocionales que desembocan en la tristeza y desolación.
Como seres humanos, a veces es un tanto complicado desconectarnos o tratar de reiniciarnos como lo hacemos cuando nuestra pc se congestiona. Pero lo que si nos funciona es acudir al silencio y la meditación. Cuando nos disponemos a estar quietos, sentarnos por un tiempo o dirigirnos a un lugar tranquilo, hacemos que nuestra energía se asiente y se reorganice.
Ya que nuestro entorno es un reflejo de nuestro interno, cuando alcanzamos esta quietud, todo lo que nos rodea es impactado de la misma forma. El silencio nos sana y nos ayuda a tener otra perspectiva de las cosas. Apagar el motor o disminuir su marcha nos devuelve a la paz original, aquella que es parte de nuestra divinidad.
Cuando realizamos respiraciones profundas por unos minutos, y decidimos simplemente estar, sin juzgar, sin pensar, sin querer controlar los resultados, este estado de calma se convierte en una fuente de energía poderosa, que renueva nuestro espíritu. De esta manera estaremos más preparados para tomar decisiones, para enfrentar retos y garantizar mejores resultados.
Recuerda que cuando oramos nos comunicamos con Dios y con las fuerzas de luz que nos asisten, pero cuando meditamos y sostenemos el silencio, permitimos a estas energías que se comuniquen con nosotros y claramente podemos escuchar su mensaje. Si al mismo tiempo abrimos nuestro corazón y respiramos nuestras preocupaciones, este espacio que antes ocupaba todo esto, queda disponible para albergar más amor y armonía.
Te invito a que cuando te sientas con mucha carga, con mucho estrés, incertidumbre o insatisfacción. Vayas a tu centro, medites y disfrutes del silencio. Te darás cuenta que con la práctica pronto te convertirás en una fuentecita divina de luz, paz y confianza.
Buena práctica, feliz silencio!
Conecta con tu Ser. Conecta 11:11
Shanti!
MiliZen
Aho!
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